Tres horas y nueve años más tarde recupero este blog para abrirlo a las almas perdidas que buscan la calma en la tormenta... o quizás solo busco mi propia calma al escribir.
Rojo,
Así como la
marea escojo
De mi dolor
y tu ceder me veo padecer
Ese más
grande dolor que en días pude sentir
La opresión
en mi pecho me hace perder
y siento que
quiero dejar de vivir
Pero no se,
No se si
algun día más podré,
El sonar de
mis latidos lanza un látigo
Que escupe
piedras de dolor
Y ese pensar
en un castigo
Que pueda
sacarme de este sueño, un horror
Dolor,
Solo
diós sabe lo que pasa
Lo que
sucede entre mis dedos
Cuando la
luz se abaja
El
cuchillo me recorre sin miedos
Y un alúd de
sangre escapa entre la piel
Rojo,
Lo que me
quedo y lo que escojo
El
sufrimiento que no acaba
Y esa luz
cegada, apagada. que no siente nada
Morir,
Y dejar de escuchar ese latir
Por favor,
morirme es un antojo
Y aun asi ni
me mataba
No hay comentarios:
Publicar un comentario